Clasificación de Pierre Gasly en el GP de Canadá de F1: Una montaña rusa de emociones y altas apuestas para mañana
En una sesión de clasificación que hizo palpitar el corazón para el Gran Premio de Canadá, el décimo puesto de Pierre Gasly le dejó una mezcla de emociones. El piloto de AlphaTauri llevó los límites en Q3, con la intención de mejorar su posición, pero un error costoso en la Curva 10 hizo que su coche girara, provocando banderas amarillas y interrumpiendo las vueltas rápidas de otros pilotos como Max Verstappen y Oscar Piastri.
Gasly asumió toda la responsabilidad por el error, reconociendo la oportunidad perdida para un mejor resultado. A pesar del contratiempo, encontró consuelo en su rendimiento general, especialmente en comparación con las dificultades de Alpine durante las sesiones de práctica. El ritmo de Gasly en Q2 se acercó mucho al de Liam Lawson, quien aseguró un sexto puesto en la parrilla.
Reflexionando sobre su vuelta de clasificación, Gasly admitió: «Estaba empujando fuerte. Cometí un error. Sentí que tenía algo en la última curva de mi vuelta en Q2, y fui por ello. Desafortunadamente, cuando giré, no pude rotar el coche como quería. Perdí el ápice, mantuve el acelerador, intenté girar el coche, y al final, no salió como quería. No estoy contento con eso.» A pesar del error, Gasly se mantuvo optimista, señalando las sólidas actuaciones del equipo en Q1 y Q2 después de un período de práctica desafiante.
Gasly enfatizó la importancia de comenzar en el top 10, señalando que sus mejores carreras esta temporada han surgido de apariciones en Q3. Con una sólida posición de salida, destacó la importancia de las decisiones estratégicas y de luchar contra los competidores sin necesidad de adelantamientos significativos. El piloto francés expresó su entusiasmo por el día de la carrera, confiado en su posición competitiva y preparado para una actuación fuerte.
A medida que la anticipación crece para el Gran Premio de Canadá, el viaje de Gasly es un testimonio de las altas y bajas de la competencia en la Fórmula 1, donde un error de fracción de segundo puede marcar la diferencia entre la gloria y la desesperación en la pista.