La pesadilla de Mercedes en Jeddah: Un desastre de Fórmula 1 se despliega
El Gran Premio de Arabia Saudita se convirtió en una pesadilla para Mercedes, ya que enfrentaron desafíos inesperados en la pista, lo que llevó a un rendimiento desastroso que dejó al equipo perplejo y decepcionado.
A lo largo del fin de semana, el equipo luchó con problemas de desgaste de neumáticos, enfrentando ampollas en lugar del típico problema de graining. Esta anomalía generó preocupaciones, ya que el asfalto normalmente confiable en Jeddah no proporcionó la adherencia esperada, creando un conjunto único de desafíos para los pilotos.
A pesar de mostrar promesas en los entrenamientos y la clasificación, Mercedes no pudo traducir su rendimiento en la carrera. El equipo se encontró luchando contra una intensa degradación térmica, lo que provocó que las temperaturas de sus neumáticos se dispararan de manera incontrolable. Esto llevó a una reacción en cadena de reducción de agarre, aumento de deslizamiento y, en última instancia, neumáticos sobrecalentados que impactaron significativamente su ritmo de carrera.
Incluso con grandes esperanzas para la carrera en Arabia Saudita debido a las características de la pista que aparentemente favorecían al W16, Mercedes no pudo superar sus problemas de gestión de neumáticos. Las dificultades del equipo fueron evidentes cuando George Russell, su piloto, se encontró rápidamente quedándose atrás, incapaz de mantenerse al día con la competencia.
A medida que avanzaba la carrera, Russell enfrentó un ciclo vicioso de aumento de temperaturas en su coche, resultando en una notable pérdida de agarre, especialmente en curvas cruciales donde Mercedes había destacado anteriormente. Los datos de telemetría del equipo pintaron un panorama sombrío, mostrando diferencias de velocidad significativas en comparación con sus rivales y un marcado declive en el rendimiento hacia el final de la carrera.
Los enfoques contrastantes de los pilotos de Mercedes destacaron aún más los desafíos del equipo, con Russell luchando contra una severa degradación de neumáticos mientras su compañero, Andrea Kimi Antonelli, lograba mantener tiempos competitivos en los sectores después de un inicio lento en el segundo stint.
El Director del Equipo Mercedes, Toto Wolff, expresó su decepción, calificando la carrera de Jeddah como el peor desempeño del equipo de la temporada. La actuación mediocre, plagada de problemas con los neumáticos y una caída significativa en el ritmo, dejó al equipo buscando respuestas y soluciones para evitar una repetición en futuras carreras.
El giro inesperado de los acontecimientos en Jeddah sirve como un llamado de atención para Mercedes, señalando la necesidad de mejoras rápidas y ajustes estratégicos para recuperar su ventaja competitiva en la ferozmente disputada temporada de Fórmula 1.