En un giro sorprendente de los acontecimientos, Red Bull Racing está a punto de reemplazar a Liam Lawson con Yuki Tsunoda, a solo dos carreras del inicio de la temporada 2025 de Fórmula 1. Esta rápida decisión subraya un error significativo en la evaluación de Red Bull sobre el potencial de Lawson, que inicialmente llevó a la salida de Sergio Pérez.
A pesar de las altas expectativas, el rendimiento de Lawson ha sido decepcionante, con posiciones de clasificación de 18º, 20º y 20º—las peores en la historia de Red Bull. Este marcado contraste con las optimistas expectativas del invierno pasado ha obligado a Red Bull a reconsiderar su estrategia para superar sus problemas con el segundo coche, que han sido un problema persistente, afectando notablemente la posición del equipo en el campeonato de constructores de 2024.
Christian Horner, director del equipo Red Bull, estaba previamente convencido del potencial de Lawson, viéndolo como un prospecto prometedor con margen para crecer. “En clasificación, los márgenes con Yuki eran muy ajustados, y en ritmo de carrera, ha salido en promedio por encima de Yuki,” señaló Horner. Sin embargo, la incapacidad de Lawson para adaptarse a las peculiaridades del RB21, que incluso Max Verstappen encuentra desafiantes, ha eclipsado su potencial.
El RB21, diseñado para favorecer el estilo de conducción agresivo de Verstappen, ha demostrado ser incompatible para Lawson. El coche exige maestría sobre un tren trasero nervioso—una habilidad en la que Verstappen sobresale pero Lawson tiene dificultades. Esta desajuste se hizo evidente durante las dificultades de Lawson para mantener la consistencia dentro de la ventana operativa del coche.
La decisión de Red Bull de volver a Tsunoda refleja las lecciones aprendidas de la gestión de Pérez. La vacilación del equipo para abordar los problemas de rendimiento la temporada pasada resultó en costosas pérdidas en el campeonato, con el bajo rendimiento de Pérez impactando la posición de Red Bull en la clasificación y los ingresos por premios.
Horner admitió: “No nos proponemos hacer un coche centrado en el piloto, simplemente trabajas con la información que tienes.” Este enfoque ha favorecido históricamente a Verstappen, cuyo feedback detallado y resultados exitosos influyen naturalmente en las decisiones de desarrollo del coche.
A medida que Red Bull navega por el paisaje competitivo donde Mercedes ha mostrado avances y Ferrari exhibe velocidad esporádica, la urgencia por asegurar un segundo piloto confiable se ha intensificado. Las luchas de Lawson, combinadas con los recuerdos de Red Bull sobre los contratiempos de la temporada pasada, han catalizado este decisivo cambio de piloto.
En una reflexión sincera durante el fin de semana de la carrera en China, Lawson expresó su frustración, afirmando: “No tengo tiempo para probar el coche y acostumbrarme a él… estamos perdiendo puntos.” Con la rápida decisión de Red Bull de reemplazar a Lawson con Tsunoda, el equipo espera estabilizar su posición y resolver su dilema continuo del segundo piloto.
A medida que Red Bull inicia este nuevo capítulo con Tsunoda, la atención se centra en si el problema central radica en el coche en sí o en la capacidad de los pilotos. Las próximas carreras serán cruciales para determinar el camino a seguir de Red Bull en esta temporada de alto riesgo.