La tan promocionada incorporación de Lewis Hamilton a Ferrari en la temporada de Fórmula 1 de 2025 fue opacada por problemas de rendimiento y amenazas de descalificación inminentes, según la cobertura de los medios italianos. El Gran Premio de Australia, la carrera bajo el foco, vio a Hamilton, un siete veces campeón del mundo, finalizar en una decepcionante décima posición. Esto resultó en que solo obtuviera un punto, lo que indica un rendimiento sombrío para el equipo de carreras con sede en Maranello.
Las luchas de Ferrari no se limitaron solo a Hamilton. Charles Leclerc, compañero de equipo de Hamilton, apenas logró cruzar la línea de meta en la octava posición. Todo el fin de semana vio a Ferrari quedando atrás de potencias como McLaren, Mercedes y Red Bull. Este rendimiento decepcionante proyectó una sombra sobre la estrategia de carrera y los cimientos de Ferrari.
Motorsport Italia, una fuente reputada, atribuyó los contratiempos de Ferrari en Melbourne a datos erróneos del simulador, lo que resultó en una configuración inapropiada del coche. La configuración del coche basada en datos hizo que el vehículo corriera peligrosamente cerca del suelo en la pista real.
Generalmente, los equipos se esfuerzan por mantener sus coches lo más bajos posible para aumentar la eficiencia aerodinámica. Sin embargo, las regulaciones de Fórmula 1 permiten solo un grado específico de roce con el suelo. Ferrari, que sufrió una descalificación en el Gran Premio de EE. UU. de 2023 debido al uso excesivo de bloques de deslizamiento, fue cauteloso para no repetir el mismo error.
En su intento por adherirse a las regulaciones de la FIA, Ferrari decidió ajustar su configuración justo antes de la carrera. Esta alteración de última hora, aunque conforme, tuvo un efecto perjudicial en su ritmo general de carrera. En consecuencia, tanto Hamilton como Leclerc encontraron difícil competir en la parte delantera.
Los problemas enfrentados en Australia podrían significar un problema significativo para el diseño del SF-25 de Ferrari, especialmente si la precisión del simulador sigue siendo un obstáculo. Ferrari, que busca conseguir su primer título de campeonato desde 2008, tendrá que rectificar estas discrepancias a medida que avanza la temporada. Esto es crucial para asegurar que sus sueños de campeonato no se desvanezcan.