En un torbellino de controversia y caos, la superestrella de NASCAR Kyle Busch se encontró en el lado receptor de una penalización debilitante durante el Pennzoil 400 en el Las Vegas Motor Speedway. El incidente encendió una tormenta de protestas de Richard Childress Racing (RCR), con miembros del equipo acusando a los oficiales de NASCAR de trato injusto.
Habiendo acumulado una tríada de finales en el top-10 en las carreras anteriores en Atlanta, COTA y Phoenix, Busch llegó a la carrera de Las Vegas montado en una ola de optimismo. A pesar de una sequía de 61 carreras sin una victoria, el piloto del Chevrolet No. 8 tenía la esperanza de cambiar su suerte, impulsado por el mejor rendimiento de su auto en comparación con la temporada anterior.
«Hasta ahora, todo bien. Desde el año pasado hasta este año… los autos están manejando mucho mejor», dijo Busch, elogiando los esfuerzos de su equipo y expresando confianza antes de la carrera en su pista local.
Las señales iniciales eran prometedoras. Una poderosa sesión de clasificación vio a Busch asegurar un inicio en la segunda fila. Sin embargo, la carrera pronto se convirtió en una pesadilla para el nativo de Vegas. Una penalización por exceder el límite de velocidad en la pista de pits durante un crucial ciclo de pits con bandera verde hizo que Busch cayera en la clasificación, saboteando efectivamente sus posibilidades de contender por la victoria.
Busch estaba furioso, argumentando que no había recibido ninguna indicación de una violación del límite de velocidad. «¡Eso es una locura! Nunca vi una luz azul en la pista de pits. Estoy en la página 3», exclamó por la radio. La luz azul a la que se refirió Busch es un sistema de alerta en el tablero del conductor que monitorea la velocidad en la pista de pits.
La situación se agravó aún más cuando su equipo le informó que la penalización se había emitido demasiado tarde para ser impugnada. Esto provocó una furiosa respuesta del jefe de equipo del Chevrolet Camaro No. 8, Randall Burnett, y del spotter Derek Kneeland, quienes supuestamente expresaron su ira hacia los oficiales de NASCAR.
El insider de NASCAR, Matt Weaver, compartió sus sentimientos en las redes sociales, tuiteando: «Randall Burnett y Derek Kneeland dicen que han gritado a los oficiales de NASCAR. El equipo RCR 8 está enojado porque NASCAR llamó esa penalización tan tarde y nunca les dio la oportunidad de entrar a pits o siquiera abordar la penalización.»
Como si la penalización no fuera suficiente contratiempo, la carrera de Busch se desmoronó aún más en la Etapa 2. Sufrió un accidente que lo obligó a arrastrarse hasta el garaje, perdiendo su rueda trasera derecha en el proceso. Busch se comunicó por radio con su equipo, «Está roto, se acabó, el pedal de freno está acabado.” El daño fue tan severo que Busch cayó casi 34 vueltas atrás al final de la Etapa 2.
Este incidente ha desatado un acalorado debate sobre las decisiones de penalización de NASCAR, con el equipo RCR sintiendo que se les negó injustamente la oportunidad de luchar por la victoria. La historia sigue desarrollándose, prometiendo más giros y vueltas en el explosivo mundo de NASCAR.
Estén atentos para más desarrollos sobre esta controversia.