Se han ido los días en que las pistas cortas de NASCAR, como Bristol y Martinsville, eran los focos de carreras de alta intensidad, con conductores chocando defensas y perdiendo la calma. La introducción del coche Next Gen hace tres años marcó un cambio en la dinámica de las carreras de NASCAR, favoreciendo las pistas intermedias mientras que las pistas cortas quedaron luchando en el polvo.
El año pasado, la carrera de primavera en Bristol sorprendió a la comunidad de NASCAR. La carrera nocturna sobre concreto provocó una reacción inesperada de los neumáticos Goodyear, causando un desgaste excesivo. Esto obligó a los conductores a conservar el caucho de sus coches, mientras que los jefes de equipo se apresuraban a idear la estrategia perfecta. La carrera terminó con Denny Hamlin logrando una victoria en medio de una ráfaga de 54 cambios de líder, dando la ilusión de que NASCAR finalmente había descubierto cómo revivir las carreras en pistas cortas. Sin embargo, esta euforia fue efímera.
En las carreras subsiguientes en Richmond y Martinsville, la estrategia fue simple y predecible: asegurar una buena posición en la pista para garantizar un camino hacia el carril de la victoria. Martin Truex Jr. adoptó esta estrategia en Richmond, liderando 228 vueltas, pero Hamlin y un reinicio tardío arruinaron la fiesta. El desgaste inusual de neumáticos en Bristol fue un evento aislado, sin que NASCAR ni Goodyear jugaran un papel significativo.
En un intento por rectificar esto, Goodyear introdujo un nuevo neumático opcional en la carrera All-Star y la carrera de primavera en Richmond. Los resultados fueron alentadores, con Dale Jr. expresando esperanza por un mayor desarrollo de este neumático. NASCAR y Goodyear tomaron sus palabras en serio, llevando el nuevo compuesto de neumáticos a Phoenix Raceway también. Este movimiento obligó a los equipos a adaptar sus estrategias, marcando un paso hacia la restauración de la gloria de las carreras en pistas cortas.
La triunfante tercera victoria de Christopher Bell en el Desert Mile marcó un comienzo exitoso de la era Next Gen. Pero no fue solo la victoria de Bell la que acaparó los titulares. El neumático de opción más blando y de alta adherencia permitió que Ryan Preece de RFK Racing se catapultara del 33° al 10° lugar en solo 11 vueltas, ganando puntos cruciales en la etapa.
El veterano periodista Jeff Gluck elogió el impacto positivo del nuevo paquete, afirmando que desbloqueó el verdadero potencial del auto Next Gen. Este sentimiento fue compartido por el Dr. Eric Jacuzzi, vicepresidente de rendimiento de vehículos de NASCAR, quien destacó una mejora en el rendimiento en el tráfico y un mayor margen de deslizamiento para los conductores, lo que hizo que las carreras fueran más desafiantes y emocionantes.
Sin embargo, a pesar del prometedor comienzo, todavía hubo algunos inconvenientes. Ryan Blaney, quien había probado el paquete, expresó que el objetivo de mejorar el rendimiento en el tráfico no se cumplió por completo. Denny Hamlin, quien terminó segundo, expresó este mismo sentimiento, sugiriendo que, si bien el paquete fue beneficioso para los autos rezagados, adelantar seguía siendo un desafío.
El ajuste de Phoenix, utilizado en pistas como Richmond y Martinsville, hace que los autos sean más difíciles de manejar. Además, la introducción de neumáticos de opción «rojos» rápidos y neumáticos «amarillos» regulares añadió otra capa de complejidad. Si bien estos cambios empujaron a los equipos a adaptar sus estrategias y avanzar en la clasificación, la victoria final aún requería un auto bien ajustado y un conductor hábil.
Esta realidad fue resumida acertadamente por Bell, quien declaró: «El neumático de opción. ¿Produce autos que suben y bajan? Lo hace, pero si no eres bueno, entonces harás lo opuesto, ¿verdad? Entonces, ¿qué queremos que sea el campeón? ¿Queremos que el campeón sea el mejor auto, o queremos que sea el tipo que fue malo toda la carrera y guardó un juego de neumáticos rojos que obtuvo el afortunado amarillo?”
Mientras Hamlin apreciaba el nuevo enfoque de NASCAR, expresó su preocupación por la naturaleza opcional de los neumáticos. Argumentó que tener neumáticos opcionales es solo otro truco que impide que el mejor auto gane. Hamlin sugirió que NASCAR podría realmente revolucionar las carreras en pistas cortas y óvalos de una milla haciendo que los neumáticos opcionales sean obligatorios para todas las carreras.
Entonces, ¿ha encontrado realmente NASCAR la clave para el controvertido auto Next Gen en Phoenix? Aunque todavía hay algunos problemas por resolver, la introducción del nuevo compuesto de neumáticos parece ser un paso en la dirección correcta. Pero solo el tiempo dirá si esta solución es sostenible a largo plazo.