En un giro inesperado de los acontecimientos, Joey Logano, el piloto de Team Penske, parece haber asumido el papel de villano principal de NASCAR, un título que anteriormente pertenecía a Denny Hamlin de Joe Gibbs Racing. Este cambio en los sentimientos de los aficionados ha sido impulsado en gran medida por la controvertida victoria de Logano en el campeonato de la Copa Series del año pasado en Phoenix, una victoria que muchos creen que no fue merecida.
Hamlin, conocido por sus conflictos con los favoritos de los aficionados, Kyle Larson y Chase Elliott, ambos de Hendrick Motorsports, había mantenido previamente el título de piloto más detestado de NASCAR. La historia de Hamlin con estos pilotos populares, incluido un incidente notorio donde chocó a Elliott en una carrera de Martinsville en 2017, ha consolidado su reputación como el ‘sombrero negro’ del deporte.
Sin embargo, la marea parece estar cambiando. Logano, quien aseguró su tercer campeonato de la Copa Series en Phoenix en medio de muchas críticas, ha estado atrayendo la ira de los entusiastas de NASCAR. A pesar de ganar solo una carrera de la temporada regular, Logano ganó tres de las últimas diez carreras de playoffs, lo que lo impulsó a su victoria en el campeonato. Esta percepción de injusticia ha incitado la ira de los aficionados, con muchos expresando su desaprobación durante el regreso de Logano a Phoenix.
Logano, quien irrumpió en la escena de NASCAR con su primera victoria en la Copa Series a los 19 años, no es ajeno a la controversia. Ha tenido disputas públicas con los veteranos Matt Kenseth y Kevin Harvick, y su pelea de 2017 con Kyle Busch antagonizó aún más a los aficionados. Sus relaciones conflictivas con Elliott y Larson, incluido un choque con Larson durante la carrera All-Star de 2018, solo han añadido leña al fuego.
La popularidad de Larson y Elliott, siendo este último un ganador siete veces del premio al piloto más popular, es innegable. Sin embargo, las confrontaciones de Logano con ellos solo han alimentado su imagen de villano. En la reciente carrera Shriner’s Children 500, tanto Logano como Hamlin fueron recibidos con un coro de abucheos, mientras que Larson y Elliott fueron aclamados.
Tanto Logano como Hamlin enfrentaron decepciones en Phoenix. Logano sufrió una penalización de paso por una violación en el reinicio, mientras que Hamlin no logró superar a su propio compañero de equipo, Christopher Bell, quien ganó su tercera carrera consecutiva. Después de la carrera, los aficionados no dudaron en expresar sus opiniones, algunos criticando la victoria de Logano en el campeonato de 2024, y otros cuestionando el enfoque de los medios en Logano.
Sin embargo, no todos los aficionados estaban de acuerdo. Algunos expresaron su sorpresa ante la popularidad de Elliott y Larson, calificándolos de ‘aburridos’. Otros argumentaron que las acciones y opiniones polarizadoras de Hamlin y Logano añadían interés al deporte.
A pesar de las opiniones divergentes, una cosa es clara: Logano ha desbancado a Hamlin como el villano principal de NASCAR, dejando a los aficionados y espectadores ansiosos por ver cómo se desarrollará esta narrativa en futuras carreras.