El piloto de Fórmula 1 Oscar Piastri ha lanzado un ataque mordaz contra la Federación Internacional del Automóvil (FIA) por su decisión de imponer multas sustanciales a los pilotos por el uso de lenguaje soez durante las carreras. La FIA ha implementado un sorprendente esquema de sanciones que podría ver a los pilotos multados con hasta $200,000 por lenguaje grosero transmitido a través de las radios de equipo en la temporada de Fórmula 1 2025.
Este movimiento controvertido es obra de Mohammed Ben Sulayem, marcando el último episodio en su conflicto en curso con la Asociación de Pilotos de Gran Premio. Esto sigue de cerca la sentencia de servicio comunitario impuesta a Max Verstappen después de que usara lenguaje explícito en una conferencia de prensa.
Bajo las nuevas pautas de «conducta inapropiada», los pilotos que usen lenguaje ofensivo a través de las radios de equipo podrían enfrentar no solo multas, sino también posibles suspensiones y la deducción de puntos en el campeonato. Las sanciones entrarán en vigor a partir del Gran Premio de Australia 2025 en el Circuito de Albert Park.
La decisión ha enfrentado críticas generalizadas de pilotos, aficionados y comentaristas por igual. El objetivo de las nuevas reglas es sanitizar la cobertura televisiva en vivo reduciendo el uso de lenguaje inapropiado. Sin embargo, Piastri ha argumentado que el castigo es excesivamente severo dado el ambiente de alta presión de las carreras.
Según la estructura de multas por lenguaje soez a través de las radios, las sanciones aumentarán durante un período de dos años: la primera ofensa incurre en una multa de $66,900, la segunda ofensa duplica esto a $133,791, y la tercera ofensa resulta en una asombrosa multa de $200,400. Piastri ha sido vocalmente crítico al respecto, afirmando: “Las multas son bastante duras, así que creo que es algo que nos gustaría discutir con la FIA,” en una entrevista con The Herald Sun.
Piastri señaló el ambiente de alta adrenalina en el que operan los pilotos, añadiendo: “No pueden esperar que digamos absolutamente nada cuando estamos en el coche. Primero y ante todo, estamos hablando con nuestro equipo.» También enfatizó la importancia del respeto y las diferentes expectativas de comportamiento dentro y fuera del coche.
Las directrices revisadas de la FIA sobre «conducta inapropiada», que introdujeron la regla, tienen como objetivo presentar una imagen más refinada de la F1 y evitar cualquier daño potencial causado por un lenguaje inapropiado. Sin embargo, la vaguedad de la normativa también ha sido criticada. Cualquier palabra, acción o escrito que pueda resultar en un daño moral a la FIA, sus organismos o sus miembros podría incurrir en sanciones.
Las voces críticas también han señalado que la nueva regla marca un cambio significativo en la cultura de la Fórmula 1. El automovilismo ha sido tradicionalmente un entorno de alta presión y cargado de emociones, con el lenguaje en las radios de los equipos reflejando la naturaleza cruda de las carreras. Si bien las nuevas sanciones pueden ayudar a cultivar una imagen más profesional y familiar para el deporte, también pueden chocar con la intensa y emocional atmósfera que genera tantos momentos memorables.
Además, esta no es la primera vez que la FIA ha actuado contra el lenguaje inapropiado en el deporte. Los pilotos han enfrentado sanciones antes por usar lenguaje grosero durante conferencias de prensa o sesiones de medios. Un ejemplo de esto incluye a Charles Leclerc de Ferrari, quien fue multado con más de $16,700 por usar lenguaje explícito durante una conferencia de prensa en el Gran Premio de México en 2024, a pesar de su rápida disculpa.
La regla también ha enfrentado críticas por no tener en cuenta que los pilotos de F1, que están obligados a comunicarse con los medios en inglés, pueden no tener el inglés como su primer idioma. Esto potencialmente coloca a aquellos que hablan en su segundo, o incluso tercer idioma, en una desventaja. Este problema fue destacado por el equivalente de la GPDA en el Campeonato Mundial de Rally, cuando criticó a la FIA por multar al piloto francés Adrien Fourmaux con $31,400 por maldecir en la televisión.
En conclusión, aunque la intención de la FIA de mantener una imagen pulida de la F1 es comprensible, las nuevas reglas han desatado un debate sobre el delicado equilibrio entre el profesionalismo y la naturaleza cruda y emocional del deporte. Queda por ver cómo estas nuevas medidas afectarán al deporte y a su base de aficionados a largo plazo.