Denny Hamlin, el piloto del Toyota No. 11 de JGR, sin duda ha hecho un nombre para sí mismo en el ámbito de NASCAR, aunque no sin controversia. Una figura polarizadora, Hamlin atrae tanto admiración como ira en igual medida. La trayectoria del piloto nacido en Florida, desprovista de un apellido renombrado o un patrocinador adinerado, resuena como una historia de un desvalido, ganándose así una parte de la afición. Sin embargo, su forma directa de hablar y las colisiones en pista con figuras como Dale Jr., Chase Elliott y Kyle Larson lo han proyectado en una luz menos favorable, ganándose el apodo de ‘villano’.
Sin embargo, Hamlin ha tomado las percepciones mixtas con calma, entendiendo su significativa influencia en la Copa Series debido a su habilidad y naturaleza franca. Se ha convertido en una presencia inevitable, provocando intensas reacciones en la diversa base de aficionados de NASCAR.
Rastreando la trayectoria de Hamlin, su carrera temprana lo marcó como una figura neutral, con los aficionados reconociendo su potencial a través de resultados impresionantes en pista. Su año de novato en 2006 presenció dos victorias y un tercer puesto en la clasificación de pilotos, ganándose el reconocimiento de expertos y entusiastas por igual.
No obstante, la marea cambió a medida que comenzó a consolidar su posición en el nivel más alto de NASCAR. El incidente de 2017 en Martinsville Speedway, donde Hamlin chocó al favorito de los aficionados, Chase Elliott, en los playoffs, poniendo en peligro las esperanzas de campeonato del piloto de Hendrick Motorsports, marcó un punto de inflexión. La reacción negativa de los seguidores fue una clara indicación de la creciente impopularidad. Este sentimiento se vio aún más agravado en 2023 cuando forzó a Kyle Larson fuera de la pista en Pocono Raceway. A pesar de ganar la carrera, se encontró recibiendo abucheos del público.
En una reflexión sincera sobre su estatus dentro de NASCAR, Hamlin reconoció los rencores de larga data que tienen los aficionados, particularmente debido a sus enfrentamientos con figuras populares como Kyle Larson y Chase Elliott. A pesar de sus credenciales como piloto, estas controversias en la pista lo han pintado de una manera negativa.
Basándose en un trasfondo similar al de la mayoría de la base de aficionados, la reputación de Hamlin ha eclipsado en cierta medida sus logros. Ha sucedido a Kyle Busch como el ‘chico malo’ de NASCAR, un papel en el que entró sin querer. Sin embargo, el experimentado corredor está resignado a esta realidad, afirmando su decisión de mantenerse fiel a sí mismo, independientemente de la opinión pública. Si una victoria en el campeonato puede cambiar la narrativa, aún está por verse.
Las opiniones de los aficionados sobre Hamlin son diversas y apasionadas. En un reciente hilo de Reddit, los aficionados expresaron sus quejas, acusando a Hamlin de hipocresía, con uno diciendo: «Él hace lo que quiere, pero si alguien más le hace lo mismo, se queja.” Otros tienen problemas con su naturaleza franca, con un aficionado afirmando: “Él habla, demasiado.”
Algunos aficionados sugieren que, con el cambio de Kyle Busch a Chevrolet y Richard Childress Racing en 2022, necesitaban un nuevo objetivo para su frustración, particularmente un piloto de Toyota que hable sin tapujos. Algunos aficionados aún guardan rencor por el incidente con Chase Elliott, llevando a uno a declarar: «Denny es Kyle Busch con esteroides. A Denny también le gusta chocar a Chase Elliott.»
Reconocido por su franqueza, Hamlin utiliza su podcast Actions Detrimental como una plataforma para expresar sus opiniones sobre NASCAR, una característica que no ha encontrado favor entre todos los aficionados. A diferencia de los pilotos tradicionalmente queridos como Elliott o Larson, la disposición de Hamlin para agitar las cosas ha llevado a un aficionado a etiquetar su actitud como una «mentalidad de B-tch.»
En conclusión, Denny Hamlin sigue siendo un enigma en la comunidad de NASCAR, un piloto carismático con una historia de desvalido cuyas acciones controvertidas en la pista y su franqueza fuera de ella dividen opiniones e inician debates.