El futuro del papel de Honda en la IndyCar Series está en la balanza, ya que la expiración de su contrato de suministro se avecina en 18 meses. David Salters, presidente de Honda Racing Corporation en EE. UU., se mantiene reservado sobre si la compañía continuará su larga rivalidad con Chevrolet más allá de la temporada 2026.
Penske Entertainment, el propietario de la serie, está en proceso de desarrollar un nuevo coche y una nueva fórmula de motor, que podría ser introducida tan pronto como en 2027. Sin embargo, también podría retrasarse hasta 2028. Si se produce un año de vacío en 2027, se necesitarían negociar nuevos acuerdos con Honda para continuar su suministro del actual motor V6 biturbo de 2.2 litros, suponiendo que Honda tenga interés en hacerlo.
Honda, una presencia constante en la serie desde 1993, podría optar alternativamente por salir de la serie por completo. Con inversiones sustanciales en la fórmula híbrida GTP del Campeonato de Autos Deportivos WeatherTech de IMSA, planes de expansión en el Campeonato Mundial de Resistencia de la FIA y un posible movimiento hacia la serie Cup de NASCAR, Honda no carece de opciones de competición fuera de la IndyCar.
Salters discutió el futuro potencial de Honda en IndyCar durante una reciente prueba de dos días de IndyCar en Sebring. Destacó que la decisión final de la compañía estaría influenciada por varios factores, incluidos los deseos de los aficionados y clientes de Honda, el desarrollo de su personal y tecnología, y la viabilidad financiera.
Honda Racing Corporation opera como una entidad independiente, considerando tanto planes a corto como a largo plazo y asegurando un retorno de inversión. Equilibrar las cuentas es una parte crucial del papel de Salters como presidente. Él declaró: «Miramos nuestros planes y tratamos de averiguar qué va a funcionar para Honda y Acura para hacer varias cosas. ¿Qué va a ayudar a desarrollar mejor a nuestra gente y nuestra tecnología? ¿Qué va a mostrar eso a nuestros aficionados y clientes y hacerlos sentir orgullosos? ¿Qué va a promover bien nuestra marca?»
Salters enfatizó su amor por las carreras de IndyCar y particularmente por la Indy 500, pero también reconoció las realidades de la toma de decisiones empresariales. Comparó esto con manejar un hogar, donde hay límites a lo que se puede hacer y una necesidad constante de revisión y reevaluación.
A pesar del futuro incierto, Salters aseguró que el proceso de revisión de Honda era normal y no debería causar alarma. También expresó su creencia de que la decisión de quedarse o irse debería estar informada por la fórmula del motor en vigor, que aún no se ha definido. Salters sugirió que los creadores de reglas deberían establecer normas con dos años de anticipación a un cambio importante para permitir una adaptación eficiente y rentable.
En conclusión, aunque el futuro de la participación de Honda en la serie IndyCar puede ser incierto, la pasión de la compañía por las carreras y su compromiso con sus aficionados y clientes siguen siendo inquebrantables. Los próximos 18 meses prometen ser un período crítico para todas las partes involucradas mientras navegan por el paisaje en constante evolución de los deportes de motor.