La temporada de NASCAR 2025 ya ha estado marcada por la controversia, pero ninguna tan significativa como la descalificación de Parker Kligerman en Daytona. La decisión fue un duro golpe para Kligerman, quien inicialmente creía haber asegurado la codiciada victoria en Daytona. Sin embargo, una inspección posterior a la carrera consideró que su camión No. 75 era ilegal debido a una infracción de la altura de la cresta, entregando así la victoria a Corey Heim.
El jefe de equipo de Kligerman, Chris Carrier, expresó su descontento con el fallo, criticando a NASCAR por lo que consideró una inspección post-carrera injusta. Mantuvo que si su camión se hubiera evaluado en las mismas condiciones que los demás, habría pasado la inspección. Sin embargo, la narrativa en torno a la descalificación de Kligerman finalmente se desarrolló como algo más que una simple violación técnica.
En un giro de los acontecimientos, un error cometido por el equipo de Kligerman, junto con una comunicación inadecuada por parte de NASCAR, surgió como contribuyentes sustanciales a la controversia. Por primera vez, los insiders de NASCAR Mike Forde y Amanda Ellis reconocieron la parte de la organización en el debacle durante un episodio del podcast The Hauler Talk.
Después del sorprendente veredicto, Kligerman y su equipo, Henderson Motorsports, apelaron a NASCAR, argumentando que no usaron piezas ilegales en su camión No. 75. Sin embargo, su apelación fue desestimada y la victoria de Heim fue confirmada. Carrier defendió a su equipo, afirmando que el fallo post-carrera se debió a un malentendido entre su equipo y dos inspectores de NASCAR, lo que llevó inadvertidamente a seguir procedimientos incorrectos de medición de altura.
Forde, un insider de NASCAR, reconoció la ruptura en la comunicación. Reveló que de ahora en adelante, NASCAR se alejaría de las instrucciones verbales y proporcionaría procedimientos por escrito a los equipos. Este movimiento, espera, eliminará cualquier ambigüedad y confusión, especialmente en casos donde el jefe de equipo esté ausente por cualquier motivo.
Sin embargo, Amanda Ellis, Directora Senior de Comunicaciones de Carreras, criticó a Carrier por no asistir a la inspección posterior a la carrera. Destacó que, aunque no es obligatorio que los jefes de equipo visiten el centro de medios después de la carrera, fue un error que Carrier no estuviera presente durante el crucial proceso de inspección.
Las repercusiones de tales incidentes se sienten profundamente por equipos más pequeños como Henderson Motorsports, que a menudo operan con personal limitado. Kligerman también reconoció la importancia de tener una figura de autoridad presente durante el proceso de inspección, especialmente para los equipos más pequeños.
Esta no es la primera decepción para Kligerman. Hace unos meses, estuvo a punto de conseguir su primera victoria en la NASCAR Xfinity Series en Charlotte Roval, solo para que sus posibilidades se desvanecieran por una cautela tardía, dejándolo en la octava posición. En ambas ocasiones, fue un fallo de NASCAR el que alteró el resultado.
Además, NASCAR ha estado bajo escrutinio por decisiones inconsistentes de cautela. Ha habido críticas por permitir que la carrera continuara en la última vuelta del Daytona 500 a pesar de un accidente significativo, mientras que se llamó a una cautela en Atlanta cuando otra llegada foto a foto era inminente. Ellis defendió estas decisiones, explicando que el diseño de la pista juega un papel crucial, siendo Daytona el doble de puntos de salida que Atlanta.
Mike Forde estuvo de acuerdo con Ellis, afirmando que la decisión podría cambiar de una carrera a otra según las circunstancias específicas. Agregó que en circuitos como el Circuito de las Américas, donde hay más espacio de escape, un accidente puede no necesariamente activar una cautela a menos que los coches estén en posiciones peligrosas.
Mientras NASCAR argumenta que una regla de talla única no es factible, los aficionados, conductores y equipos continúan exigiendo más transparencia. El reconocimiento de NASCAR de sus errores en el caso de Kligerman es un paso en la dirección correcta, pero solo el tiempo dirá si esto llevará a decisiones más consistentes y justas en el futuro.