Después de la Daytona 500, el campeón de NASCAR Denny Hamlin expresó su descontento sobre el futuro de las carreras y el papel crucial que ahora juega la suerte en la determinación de los ganadores. A pesar de la reacción negativa de Hamlin y otros pilotos, NASCAR continúa celebrando el éxito de la carrera.
Hamlin entró en la más reciente Daytona 500, históricamente conocida como la ‘Gran Carrera Americana’, con grandes esperanzas de victoria. Sin embargo, un accidente catastrófico durante la última vuelta hizo que las posibilidades de Hamlin de ganar se desvanecieran. Su crítica no se detiene en su experiencia personal, sino que se extiende a la calidad general de las carreras en superspeedway, que él cree que ha disminuido significativamente.
El piloto de Joe Gibbs Racing expresó una fuerte decepción por la imprevisibilidad de las carreras. Comparó las circunstancias con el formato de postemporada, donde eventos incontrolables pueden determinar campeonatos. El principal argumento de Hamlin es que la habilidad ahora queda en segundo plano frente a la fortuna, un sentimiento que parece ser compartido por otros pilotos en el circuito.
Mientras que las opiniones de Hamlin fueron claras y contundentes, NASCAR parece mantenerse firme. Según el organismo rector, la Daytona 500 fue un considerable éxito, incluso viendo mejoras respecto a la temporada anterior. El presidente de NASCAR, Steve Phelps, elogió el evento, destacando el aumento de dos dígitos en los números de clasificación y una audiencia promedio de alrededor de 6.76 millones en FOX, a pesar de un retraso por lluvia de tres horas.
Sin embargo, una alta audiencia no se traduce automáticamente en una alta calidad de carrera, un punto que Hamlin y sus compañeros pilotos argumentan con firmeza. Hamlin culpa a los cambios de diseño de NASCAR que fomentan las carreras en grupo por la disminución en la calidad de las carreras. Asegura que estos cambios, aunque potencialmente emocionantes para los espectadores, tienden a crear caos en la pista debido al excesivo agarre y arrastre de los vehículos. Esto, según se informa, resulta en maniobras agresivas y de alto riesgo que conducen a accidentes significativos.
Los sentimientos de Hamlin fueron compartidos por el veterano piloto Kyle Busch, quien también fue eliminado de las 500 Millas de Daytona tras un accidente. Busch expresó su frustración con las decisiones procedimentales de NASCAR, que le impidieron continuar en la carrera. Sus comentarios han generado un debate continuo sobre la aplicación de las reglas de NASCAR, particularmente en carreras de alto riesgo como las 500 Millas de Daytona.
A pesar de la considerable reacción negativa de Hamlin, Busch y otros pilotos, NASCAR se mantiene firme en su veredicto. La negativa del organismo regulador a reconocer las quejas de los pilotos ha dejado el futuro de las carreras en superspeedway en una nube de incertidumbre.