Kyle Busch quedó furioso después de que sus esperanzas para el Daytona 500 terminaran abruptamente con solo 15 vueltas restantes en la carrera. El piloto de Richard Childress Racing estaba en la pelea en la parte delantera cuando la agresiva maniobra de Joey Logano provocó un accidente múltiple en la vuelta 186, dañando severamente el No. 8 Chevrolet de Busch. A pesar del accidente, el equipo de Busch creía que el auto aún podía competir, solo para ser retirado del evento debido a la actualizada Política de Vehículos Dañados (DVP) de NASCAR.
Busch fue rápido en expresar su frustración, arremetiendo contra los oficiales de NASCAR, afirmando: «Ni siquiera creo que ellos conozcan sus propias reglas o procedimientos.» Pero, según el veterano de NASCAR Kevin Harvick, Busch podría haber malinterpretado la situación, y la decisión de retirar su auto de la carrera podría haber sido realmente la correcta.
El Accidente Que Cambió Todo
Con solo unas pocas vueltas restantes, Kyle Busch estaba en una posición fuerte en el Daytona 500, una carrera que ha deseado ganar durante mucho tiempo. Sin embargo, a medida que se desarrollaba el accidente, el auto de Busch sufrió daños significativos, particularmente en su parte delantera. A pesar de esto, el equipo se sentía confiado en que el No. 8 Chevrolet aún podía ser reparado y enviado de nuevo a la pista.
Bajo el actualizado DVP, los equipos tienen tiempo ilimitado para trabajar en su coche en el garaje, pero hay una estipulación crucial: el coche debe cumplir con la velocidad mínima en la pista antes de regresar para reparaciones. Aquí es donde las cosas se complicaron para el equipo de Busch.
Harvick Explica la Mala Interpretación
Harvick, un veterano experimentado de NASCAR, intervino para explicar por qué la decisión de retirar a Busch de la carrera no fue necesariamente un error. “Con la nueva política de DVP, hay algunas nuevas reglas sobre lo que sucede cuando un coche tiene neumáticos desinflados o está involucrado en un accidente,” explicó Harvick. «Una vez que regresaron, hubo algunas tecnicidades con la regla. Mandaron el coche de vuelta a la pista, pero luego lo trajeron de nuevo al garaje.»
El problema clave, señaló Harvick, era que la política actualizada de NASCAR requiere que una vez que el coche sale del garaje, debe cumplir con la velocidad mínima dentro de tres vueltas consecutivas con bandera verde para seguir siendo elegible para continuar. Si no cumple con la velocidad o regresa al garaje, entonces es oficialmente descartado.
Harvick continuó, “Nunca llegaron a una bandera verde, pero sí trajeron el coche de vuelta para trabajar en él, lo cual técnicamente no está permitido.” Mientras el No. 8 Chevrolet fue evaluado en el garaje, las reglas dictaban que el coche de Busch no podía regresar a la pista a menos que cumpliera con el requisito de velocidad, lo cual no lo hizo.
DVP de NASCAR: Lo Que Significa de Ahora en Adelante
Bajo el DVP actualizado de NASCAR, si un coche involucrado en un accidente no puede regresar a la pista por su propio poder, es remolcado al garaje. Una vez allí, el equipo tiene una oportunidad para hacer reparaciones y enviar el coche de nuevo a la pista. Sin embargo, como señaló Harvick, “será interesante ver si esa regla se mantiene o si el equipo la interpretó mal.” Sugirió que este incidente podría generar una mayor claridad en el reglamento en el futuro.
En última instancia, el equipo de Busch trabajó para evaluar los daños del coche, encontrando que no había problemas estructurales importantes y que las cuatro ruedas aún estaban alineadas. Pero estaba claro que el daño era suficiente para evitar que Busch cumpliera con los requisitos de velocidad, lo que llevó a su eventual descalificación de la carrera.
Un Final Desgarrador para la Carrera de Busch en el Daytona 500
Si bien está claro que la decisión de retirar a Busch de la carrera se basó en las estrictas reglas de DVP de NASCAR, es comprensible por qué Kyle Busch estaba tan molesto. Después de 20 años de competir en el Daytona 500, la victoria estaba al alcance de su mano, solo para que se tomara la decisión de que su coche no podía continuar. El costo emocional fue evidente en la respuesta de Busch, ya que el sueño de capturar el trofeo del Daytona 500 se le escapó de las manos una vez más.
Por ahora, la explicación de Kevin Harvick proporciona algo de claridad sobre por qué se tomó la decisión, pero queda por ver si el DVP seguirá evolucionando en las próximas temporadas. Una cosa es segura: el Daytona 500 de este año será un recordatorio de lo delgada que puede ser la línea entre la victoria y la desilusión.