Durante más de dos décadas, Jimmie Johnson construyó un legado como uno de los mejores pilotos de NASCAR, un siete veces campeón de la Cup Series que dominó el deporte con Hendrick Motorsports. Pero después de colgar su casco de tiempo completo, se adentró en una arena completamente diferente—la propiedad de un equipo—y rápidamente se dio cuenta de que el camino hacia el éxito como propietario no es nada parecido al camino que conquistó como piloto.
Su tercer puesto en las 500 Millas de Daytona 2025 fue un recordatorio del fuego competitivo que aún arde dentro de él. Pero mientras estaba en el podio, las emociones iban más allá de solo un buen resultado. No se trataba solo de una carrera—se trataba de demostrar que Legacy Motor Club, el equipo que ahora lidera, puede competir con los grandes de NASCAR.
Y la verdad es que llegar a este punto ha sido una de las luchas más difíciles de su carrera.
De la Realeza de Hendrick a la Dura Realidad de la Propiedad de un Equipo
Cuando Jimmie Johnson corría para Hendrick Motorsports, era parte de una dinaestía de NASCAR. Respaldado por Rick Hendrick, guiado por el jefe de equipo Chad Knaus, y rodeado de ingenieros de primer nivel, recursos ilimitados y compañeros legendarios como Jeff Gordon, el único enfoque de Johnson era ganar.
Con 83 victorias en su carrera y siete títulos de la Copa, la operación era una máquina bien engrasada, construida para competir por campeonatos año tras año. Todo estaba en su lugar, y Johnson simplemente tenía que ejecutar al volante.
¿Pero ahora? Es un mundo completamente diferente.
Como propietario mayoritario de Legacy Motor Club, todas las decisiones recaen sobre él—desde negociaciones de patrocinio hasta nómina, desde inversiones en equipos hasta limitaciones presupuestarias. Y, a diferencia de Hendrick Motorsports, Legacy no tiene un pozo sin fondo de financiamiento ni décadas de dominio consolidado.
Reflexionando sobre sus días de conducción en Hendrick, Johnson admitió, “Teníamos todos los recursos que podríamos haber soñado.” Pero esos días han quedado atrás.
“Ahora tengo que preocuparme por el porqué, tengo que preocuparme por PNL [ganancias y pérdidas]. Dónde está nuestro enfoque como organización y cómo ayudamos a otros departamentos… la competencia es lo primero en este momento.”
En pocas palabras: Johnson ya no es solo un corredor—es un hombre de negocios, un estratega y un líder de maneras que nunca tuvo que ser antes.
La apuesta de Legacy Motor Club: ¿Puede Johnson convertirlo en una potencia?
Desde que asumió el control de Legacy Motor Club, Johnson ha enfrentado una dura verdad tras otra. El equipo, anteriormente conocido como Richard Petty Motorsports, ha luchado por mantenerse relevante en la élite de NASCAR.
A pesar de tener al «Rey» Richard Petty como figura representativa, la organización ganó solo cinco carreras de la Copa en casi 15 años antes de que Johnson interviniera. El problema no era la falta de pasión, sino la falta de recursos, personal de élite y equipo de vanguardia; todas cosas que Hendrick, Gibbs y Penske tienen en abundancia.
Ahí es donde Johnson ha invertido su energía—no solo construyendo autos de carrera rápidos, sino construyendo una organización sostenible y ganadora.
En 2024, Johnson incorporó a Toyota como fabricante, alejándose de Chevrolet para alinearse con una compañía que pudiera ofrecer más ventajas competitivas. Fue un movimiento audaz, y uno necesario.
Ahora, con Knighthead Capital Management invirtiendo en el equipo, Johnson ha asegurado nueva inversión, garantizando que el equipo tenga más poder financiero para competir. Pero el dinero solo no resolverá todo—el verdadero desafío es cerrar la brecha competitiva.
Daytona 500: ¿Un Destello de Esperanza para el Futuro?
El tercer lugar de Johnson en Daytona no fue solo una redención personal—fue una declaración de que Legacy Motor Club está en ascenso.
No fue suerte. No fue un accidente. Fue un resultado bien merecido, una señal de que los años de lucha e inversión están empezando a mostrar progreso.
Hablando después de la carrera, Johnson estaba abrumado de orgullo, diciendo:
“El orgullo que siento por este resultado y el orgullo que siento por esta empresa y todo lo que estamos tratando de lograr y el camino en el que estamos, estoy tan satisfecho. Tan feliz en este momento.”
Para un piloto que ha visto de todo, este resultado significó más que cualquier top cinco en la parte final de su carrera. Significó que su equipo está empezando a dar la vuelta.
Pero una carrera no define una temporada, y Johnson lo sabe.
La Verdadera Prueba: Mantener el Éxito en 2025 y Más Allá
El verdadero desafío es lo que sucederá a continuación.
1. ¿Puede Johnson Construir un Competidor Consistente?
Un fuerte final es agradable, pero NASCAR no se trata de actuaciones aisladas—se trata de estar en la pelea semana tras semana. Legacy necesita demostrar que puede luchar constantemente por los top-10, top-5, y eventualmente, por victorias.
2. ¿Puede Atraer Más Patrocinadores y Talento?
Ganar carreras y estar en la parte delantera es la mejor manera de atraer patrocinadores de renombre y pilotos e ingenieros de alto nivel. Si Legacy puede seguir en ascenso, Johnson tendrá más poder de negociación para atraer el mejor talento disponible.
3. ¿Puede Manejar el Lado Empresarial Sin Perder Su Pasión?
Durante años, Johnson solo tuvo que enfocarse en conducir. Ahora, tiene que equilibrar su amor por las carreras con las responsabilidades de la propiedad. ¿Puede manejar ambos roles con éxito, o el trabajo empresarial afectará su competitividad?
La Conclusión: La Carrera Más Difícil de Jimmie Johnson Hasta Ahora
Jimmie Johnson nació para ganar en la pista, pero ahora está luchando una batalla completamente diferente. Tener un equipo de NASCAR es brutalmente difícil, y convertir Legacy Motor Club en un gigante tomará toda la energía, paciencia y liderazgo que tiene.
¿La buena noticia? Si alguien sabe cómo llegar a la cima, ese es Jimmie Johnson.
Su podio en el Daytona 500 de 2025 podría ser solo el comienzo de algo especial. Y si Legacy Motor Club sigue mejorando, su mayor logro podría no ser como piloto, sino como propietario.
¿Puede Johnson construir un equipo de calibre de campeonato? Solo el tiempo lo dirá. Pero una cosa es segura: no se está echando atrás en la lucha.