Durante más de 18 años, el final de la Daytona 500 de 2007 ha permanecido como uno de los momentos más debatidos en la historia de NASCAR. Mark Martin, el guerrero intemporal de la Serie Cup, estuvo a pocos pies de una victoria tan esperada en la Daytona 500, solo para que se le arrebataran en una llegada milimétrica por Kevin Harvick.
Durante años, la culpa se ha atribuido a la oficiación de NASCAR, ya que el organismo sancionador nunca sacó la bandera de precaución a pesar de un gran accidente que se desarrollaba detrás de los líderes. Pero ahora, después de casi dos décadas, Martin ha señalado en una dirección diferente—directamente a Kyle Busch.
El choque que lo cambió todo
La Daytona 500 de 2007 fue caótica de principio a fin, pero la última vuelta sigue siendo una de las más dramáticas de la historia.
Martin, un piloto atormentado por casi victorias, lideraba el grupo al acercarse a la bandera a cuadros. Con Harvick avanzando por el carril exterior, la batalla por la victoria alcanzó su punto álgido. Entonces, el caos estalló detrás de ellos—y Kyle Busch estaba en el centro de todo.
Busch, corriendo en el grupo detrás de los líderes, perdió el control de su Chevrolet No. 5. Su giro provocó un masivo choque de varios autos en la recta trasera, dejando coches doblados a través de la pista. Pero NASCAR tomó la controvertida decisión de dejar que la carrera terminara bajo bandera verde, negándose a sacar la bandera de precaución.
Si se hubiera sacado la bandera de precaución en el momento en que Busch giró, las reglas de NASCAR habrían congelado el campo—declarando a Martin el ganador. En cambio, Harvick se adelantó por apenas 0.002 segundos, robándole la mayor victoria de la carrera de Martin.
La brutal verdad de Mark Martin: “Kyle Busch me costó la victoria”
Durante casi dos décadas, el debate principal sobre la pérdida de Martin se centró en la inconsistente arbitraje de NASCAR. Pero durante una reciente sesión de preguntas y respuestas con los fans en las redes sociales, Martin desvió la culpa a otro lado.
Cuando se le preguntó qué podría haber hecho de manera diferente para ganar la carrera, Martin respondió de manera contundente:
“Si @KyleBusch no gira, yo gano. No hay nada más que pudiera haber hecho. Es así de simple.”
Por primera vez, Martin redirigió la conversación, dejando claro que el giro de Busch—no solo la falta de llamada de NASCAR—fue la verdadera razón por la que perdió.
Esta nueva revelación añade otra capa a la larga controversia. Mientras que los aficionados de NASCAR siempre han debatido si se debió lanzar la bandera de precaución, la opinión de Martin sugiere que el error de Busch fue el verdadero desencadenante que llevó a la desilusión.
Una carrera definida por casi-logros
Con 40 victorias en la serie Cup, 453 top-10 y 61 segundos lugares, Mark Martin es uno de los mejores pilotos de NASCAR que nunca ganó un campeonato ni un Daytona 500.
2007 fue su mejor oportunidad.
Después de esa carrera, nunca estuvo tan cerca nuevamente. Continuó compitiendo en seis Daytona 500 más, pero su mejor resultado después de 2007 fue un tercer lugar en 2012. Esa fatídica última vuelta en Daytona sigue siendo su casi-logro más cercano en la Gran Carrera Americana.
Aún después de años de reflexión, Martin todavía siente el dolor de ese momento. Sus últimos comentarios llegan en un momento en que la aplicación de la regla de precaución de NASCAR ha sido cuestionada nuevamente, haciendo que sus palabras sean aún más impactantes.
El veredicto final: Un momento que nunca será olvidado
Mark Martin ha sido siempre un gran ejemplo, negándose a aferrarse a sus desilusiones. Pero incluso él no puede ignorar la frustración de 2007, especialmente cuando una sola decisión—o un solo error—le costó el mayor premio de NASCAR.
¿Habría sido Martin campeón de Daytona 500 si Kyle Busch no se hubiera salido? ¿Habría tomado NASCAR la decisión correcta si el accidente nunca hubiera ocurrido?
El debate nunca terminará. Pero una cosa sigue siendo cierta: Mark Martin merecía algo mejor.