Durante décadas, el debate ha sido intenso: ¿Podrían los pilotos de Fórmula 1 dominar en NASCAR?
Según Juan Pablo Montoya, uno de los pocos pilotos que ha competido en los más altos niveles de F1, NASCAR e IndyCar, la respuesta es un contundente “no tan rápido.”
Con el 67º evento de la Daytona 500 en marcha, Montoya ha expuesto por qué incluso los mejores pilotos de F1 tendrían dificultades para adaptarse—especialmente en el evento más impredecible y agotador de NASCAR.
F1 vs. NASCAR: Un Animal Completamente Diferente
Montoya, un siete veces ganador de Grandes Premios con Williams y McLaren, sabe de primera mano lo difícil que puede ser la transición. Argumenta que los pilotos de Fórmula 1 están condicionados para la precisión, pero el caótico entorno de carreras en grupo de NASCAR exige algo completamente diferente.
“No puedes comparar uno con el otro,” explicó Montoya.
“No puedes simplemente decir que los pilotos de F1 son mucho mejores. Si traes al mejor piloto de F1 a NASCAR y lo pones en un óvalo, al principio, va a tener dificultades.”
¿Por qué? Porque los malos hábitos en una serie no se traducen bien a la otra.
“Van a salir y decir, ‘Este coche no tiene agarre. El coche es una mierda.’”
La Fórmula 1 tiene máquinas de alta carga aerodinámica y ultra sensibles, donde mantener los neumáticos en la ventana de temperatura perfecta es crucial. En NASCAR, se trata de gestionar el caos, adaptarse a la imprevisibilidad y manejar un coche de 3,500 libras en pistas que requieren cooperación tanto como velocidad bruta.
“La F1 se trata de los neumáticos y de cómo gestionarlos,” continuó Montoya.
“NASCAR se trata de cuán rápido puedes conducir, cuán agresivo puedes ser y cuán duro puedes presionar.”
Y en ningún lugar es ese contraste más extremo que en Daytona.
Por qué Daytona es el desafío definitivo de NASCAR
Si un piloto de F1 piensa que puede aparecer y ganar inmediatamente las 500 millas de Daytona, Montoya dice que está en una rudeza de despertar.
“La gente en Europa no entiende las carreras con placa restrictora,” dijo Montoya.
A diferencia de la F1, donde los pilotos luchan contra los límites de la tecnología, el paquete de superspeedway de NASCAR restringe intencionalmente la potencia para crear carreras más ajustadas, forzando a los pilotos a formar enormes grupos a 200 mph, a centímetros de distancia.
“Estás haciendo 190 millas por hora solo, con el acelerador a fondo, y 200 mph en el grupo,” explicó Montoya.
“Si pierdes el grupo, estás perdiendo uno o dos segundos por vuelta.”
Por eso Daytona no se trata solo de velocidad bruta, se trata de supervivencia.
Los pilotos deben leer constantemente el grupo, anticipar accidentes y saber cuándo presionar y cuándo aflojar.
“Estar en el grupo es una locura,” añadió Montoya.
“Estás empujando tu carril hacia adelante. Es tan increíblemente malinterpretado. No creo que nadie realmente entienda cuán desafiante, física y mentalmente, es Daytona.”
Y luego están los choques.
“Boliche con Autos de Carrera”
Correr en superspeedway no se trata solo de hacer drafting y estrategia, se trata de mantenerse fuera del ‘Gran Choque’.
“Los autos son grandes y pesados,” explicó Montoya.
“Así que cuando lo pierdes, o cuando te golpean, es realmente difícil mantener el auto recto.”
¿Peor aún? Los frenos son diminutos, lo que significa que cuando ocurre un accidente, no hay forma de detenerse a tiempo.
“Si alguien choca, no puedes detenerte aunque quieras,” dijo.
“O lo evitas, o estás en ello. No hay un ‘Vaya, eso estuvo cerca.’”
Por eso Daytona a menudo se convierte en un derby de demolición.
“Solía decir que es como jugar a los bolos con autos de carrera,” bromeó Montoya.
¿El resultado? Un accidente puede sacar a la mitad del campo en un instante—y eso es lo que hace que el Daytona 500 sea tan impredecible y emocionante.
¿Puede un piloto de F1 dominar Daytona alguna vez?
Montoya no está diciendo que los pilotos de F1 no son lo suficientemente talentosos—pero sí está diciendo que el conjunto de habilidades de NASCAR es muy diferente.
“Aunque NASCAR es muy diferente de la F1, es igualmente desafiante,” dijo Montoya.
“Es una locura porque necesitas confiar en otras personas para poder ganar.”
Ésa es la mayor diferencia—la Fórmula 1 es un deporte individual. NASCAR es un deporte de equipo—incluso en la pista.
- En F1, los pilotos luchan por la posición en todo momento.
- En NASCAR, a veces tienes que ayudar a otros para ayudarte a ti mismo.
Si una superestrella de F1 intentara probar su suerte en el Daytona 500, tendría que reiniciar completamente sus instintos—aprendiendo cuándo empujar, cuándo hacer draft y cuándo sobrevivir.
Y aun así, todavía necesitarían suerte de su lado.
Daytona 500 2025: La Batalla Comienza
La 67ª edición del Daytona 500 comienza hoy en Daytona International Speedway.
- Chase Briscoe lidera el campo desde la pole position en el #19 Toyota de Joe Gibbs Racing.
- Austin Cindric comenzará junto a él en el #2 Team Penske Ford.
- 41 coches están listos para recibir la bandera verde en una de las carreras más impredecibles del automovilismo.
Y si algún piloto de Fórmula 1 está mirando, pensando que se ve fácil?
Montoya les diría que se abrochen los cinturones y se preparen para un despertar.