Para un campeón de la NASCAR Cup Series 2021 y un gran favorito de cara a la temporada 2025, el rendimiento de Kyle Larson en el Cook Out Clash fue sorprendente. Después de tres fuertes actuaciones en Los Ángeles, donde consistentemente terminó en el top cinco, la transición a la bullring de Bowman Gray se convirtió en una frustrante batalla por la supervivencia.
A pesar de mostrar promesas tempranas, el fin de semana de Larson se desmoronó rápidamente, dejándolo en 17ª posición—un resultado que incluso Denny Hamlin no pudo entender del todo.
De un Comienzo Fuerte a una Lucha por la Supervivencia
El sábado de Larson comenzó con optimismo, ya que marcó el cuarto tiempo más rápido en la primera sesión de práctica. Pero a medida que la pista se adaptó y las velocidades aumentaron, su Chevrolet No. 5 comenzó a quedar atrás.
📉 Segunda Práctica: Larson cayó a la 22ª posición en las tablas de velocidad.
🚨 Clasificación: Sus dificultades continuaron, y se encontró fuera de un lugar asegurado para la carrera principal del domingo.
🔥 Carrera de Calentamiento: Comenzando en sexta posición, Larson necesitaba solo una posición para transferirse automáticamente—pero cayó a la octava, enviándolo al temido Clasificador de Última Oportunidad (LCQ).
Con solo dos lugares de transferencia disponibles, Larson y el jefe de equipo Cliff Daniels hicieron ajustes de última hora, sabiendo que una conducción agresiva era el único camino a seguir.
Clasificatoria de Última Oportunidad—Una Lucha Desesperada
La LCQ se convirtió en una melee caótica, y Larson sabía que tenía que abrirse camino a la fuerza.
Denny Hamlin, analizando la conducción de Larson en su Actions Detrimental podcast, quedó impresionado por cuán agresivamente Larson mantuvo su posición al principio:
“Pensé que fue súper agresivo al principio. Cuando tenía a Ty Dillon ahí y a Erik Jones también, estaban a la pelea, fue muy desordenado al principio. Pensé que Larson hizo un gran trabajo manteniendo la parte baja.”
Mientras los coches se estrellaban delante de él, Larson se abrió paso entre la carnicería, ganando finalmente la LCQ y asegurando un lugar en el evento principal. Pero la batalla ya había cobrado su precio en su coche.
Desastre en el Evento Principal—Giros, Daños y Sin Regreso
Comenzando en 21º para el Clash, Larson tenía un largo camino por delante.
⏳ Pausa en la vuelta 100: Había subido a 14º, mostrando algo de resiliencia.
🚨 Vuelta 102: Larson y Chase Briscoe se enredaron, enviándolos a ambos a girar.
🛑 Las últimas 98 vueltas: Larson nunca se recuperó, incapaz de recuperar el impulso, terminando en 17º.
Hamlin, analizando la carrera, estaba perplejo por cómo Larson se desvaneció en la segunda mitad:
“Pensé que cuando vi su auto en esa carrera, en términos generales, no había nadie cerca de él en velocidad… No sabía que lo había visto girar un par de veces. ¿Demasiado daño en su auto, tal vez? Sí, quiero decir, eso pensarías.”
Aún después de sus tempranos contratiempos, Hamlin creía que Larson tenía suficiente velocidad para recuperar terreno, pero nunca se materializó.
“Su auto estaba destruido y aún tenía velocidad al final del LCQ… Sorprendentemente, no avanzó más.”
Para un piloto del calibre de Larson, un 17º lugar en el Clash fue una amarga píldora para tragar, especialmente considerando su estelar récord en el Coliseo de L.A. en años anteriores.
Una Noche Difícil para un Favorito del Campeonato
Kyle Larson no está acostumbrado a resultados de media tabla, especialmente en carreras de exhibición donde su talento bruto suele brillar.
El Bowman Gray Clash fue un llamado de atención, recordándole a todos que no todos los circuitos cortos son iguales—y que incluso los mejores de NASCAR pueden tener dificultades cuando las condiciones no están a su favor.
¿Fue esto solo un desastre aislado, o es una señal de advertencia de que 2025 no será tan suave como se esperaba para el equipo No. 5?
Una cosa es cierta—Larson estará buscando redención en Daytona.