La nueva regla de Exención Provisional Abierta (OEP) de NASCAR ha encendido el mundo del automovilismo con debates incluso antes de su primera aplicación. Aunque está diseñada para llevar leyendas del automovilismo global a eventos destacados como el Daytona 500, el despliegue de la política ya ha levantado cejas, con la selección de Helio Castroneves, cuatro veces ganador de las 500 Millas de Indianápolis, por parte de Trackhouse Racing generando preguntas sobre la equidad y la transparencia.
¿Qué es la Exención Provisional Abierta?
Introducida como parte de los amplios cambios en el reglamento de NASCAR para 2025, la OEP garantiza a un «piloto de clase mundial» un lugar en el campo de las grandes carreras, incluso si no logra clasificar a través de métodos tradicionales. ¿Los criterios? Un piloto debe presentar una solicitud 90 días antes del evento y no puede ser un competidor a tiempo completo de la Serie Cup.
A simple vista, esta regla tiene como objetivo aumentar el atractivo global y la participación de los fanáticos al traer estrellas internacionales a los escenarios más grandes de NASCAR. Sin embargo, la vaga definición de «clase mundial» ha dejado a equipos, pilotos y fanáticos rascándose la cabeza.
Helio Castroneves: ¿Una elección merecida o una elección controvertida?
Trackhouse Racing no perdió tiempo aprovechando el OEP, anunciando a Helio Castroneves como su piloto para el No. 91 Chevy en el Daytona 500. Las credenciales de Castroneves—cuatro victorias en el Indy 500 y una carrera llena de logros—sin duda lo convierten en un ícono global. Pero la decisión de NASCAR de otorgarle el OEP sobre otros candidatos potenciales ha generado controversia, especialmente cuando figuras como el campeón de la Copa NASCAR en siete ocasiones, Jimmie Johnson, eran teóricamente elegibles.
Jeff Gordon, Vicepresidente de Hendrick Motorsports, expresó sus preocupaciones durante una aparición en SiriusXM NASCAR Radio.
«Lo que estoy cuestionando, o lo que necesito más respuestas, es cuál es el criterio que dicta quién entra y quién no. ¿Se convierte simplemente en un concurso de popularidad?» preguntó Gordon.
Gordon también destacó un posible conflicto: «¿Dónde encaja alguien como Jimmie Johnson en esto? Si él hubiera aplicado, ¿habría NASCAR aún elegido a Castroneves? Estas son las preguntas sobre las que necesitamos claridad.»
Un trabajo en progreso: el problema de transparencia de NASCAR
La controversia se profundizó cuando el intento del ex piloto de NASCAR Mike Wallace de calificar para el Daytona 500 fue cancelado por NASCAR. Los críticos argumentan que la falta de transparencia en la toma de decisiones ha puesto en duda la equidad del OEP.
Mientras el OEP abre la puerta a estrellas crossover como Lewis Hamilton o Fernando Alonso para poner a prueba su temple en NASCAR, ¿qué sucede cuando múltiples pilotos «de clase mundial» compiten por la misma provisional? ¿NASCAR favorece la popularidad global, los logros en la carrera o la alineación con equipos específicos?
Defendiendo el OEP: Justin Marks se pronuncia
El fundador de Trackhouse Racing, Justin Marks, ha defendido el OEP y la decisión de NASCAR, enfatizando el potencial de la regla para elevar el deporte. «El OEP trata sobre el crecimiento, la visibilidad y la celebración del atractivo global de las carreras,» dijo Marks. Señaló que la adición de Castroneves aporta prestigio e intriga a la Daytona 500, atrayendo a fanáticos que quizás no sigan a NASCAR de manera habitual.
El camino por delante: ¿Puede NASCAR refinar el OEP?
La intención del OEP es clara: poner a NASCAR en el escenario mundial y atraer a una audiencia más amplia. Sin embargo, su implementación ha expuesto fallas significativas en la ejecución, incluyendo la falta de criterios concretos y transparencia.
Como bien dijo Jeff Gordon: «Es una gran idea, pero necesita estructura.» El desafío de NASCAR ahora es definir «de clase mundial» de una manera que asegure la equidad mientras preserva el poder estelar que el OEP busca ofrecer.
Por ahora, el foco está firmemente en Daytona. Ya sea que Castroneves prospere o falle en la Gran Carrera Americana, el OEP ya ha provocado una conversación que podría dar forma al futuro de NASCAR—y su reputación.