Brad Keselowski, el campeón de la NASCAR Cup Series 2012 y actual copropietario/conductor de RFK Racing, ha expresado serias preocupaciones sobre el futuro de NASCAR en medio de la demanda en curso de 23XI Racing y Front Row Motorsports (FRM) contra la familia France y el organismo sancionador. Keselowski delineó recientemente dos amenazas principales que enfrenta el deporte: las consecuencias de la demanda y el precario estado del panorama de Fabricantes de Equipos Originales (OEM) de NASCAR.
La demanda de 23XI: Un cambio sísmico para NASCAR
La batalla legal, que comenzó en 2024, se centra en los acuerdos de charter y de distribución de ingresos que 23XI Racing y FRM consideran injustamente sesgados a favor de NASCAR. Hasta ahora, la alianza 23XI-FRM ha logrado un progreso significativo, ganando presentaciones iniciales que les permitieron competir como equipos de charter en 2025 y obligando a NASCAR a aprobar su compra de los charters de Stewart-Haas Racing.
Keselowski enfatizó la magnitud de esta demanda, calificándola como un posible cambio radical para el deporte.
“Bueno, diría que hay un A y un B que son las dos mayores amenazas para mí. Una es lo que surja de la demanda de charter, la disputa entre 23XI, Front Row Motorsports y NASCAR. Esa es una amenaza significativa para toda NASCAR, que trasciende la Cup Series,” dijo Keselowski.
El resultado del caso podría redefinir cómo opera NASCAR, impactando todo, desde las estructuras de propiedad de los equipos hasta la distribución de ingresos. Según Keselowski, esta batalla legal no solo afecta a la Cup Series de primer nivel, sino que podría tener repercusiones en todos los niveles del deporte.
Participación de OEM: Una base frágil
Más allá de la demanda, Keselowski destacó otro problema urgente: la falta de diversidad entre los OEM de NASCAR. El deporte ha dependido de Chevrolet, Ford y Toyota durante más de dos décadas, pero Keselowski cree que este grupo limitado de fabricantes deja a NASCAR vulnerable.
“Fuera de eso, el panorama y la imagen de los OEM es una amenaza significativa. NASCAR ha estado operando con tres OEM durante probablemente una década, una década y media. Es una posición un poco precaria en la que estar,” explicó.
Keselowski advirtió que si uno de los tres principales OEM decidiera salir de NASCAR, la inestabilidad resultante podría impactar severamente a los equipos y al deporte en su conjunto. Abogó por expandir el campo a cuatro o cinco fabricantes para crear un ecosistema más robusto y sostenible.
“Si uno de Chevy, Ford o Toyota decide abandonar el deporte, el efecto dominó nos pondría en una situación realmente difícil. Tener cuatro o cinco OEM nos daría una opción de respaldo,” añadió Keselowski.
La credibilidad de Keselowski sobre el futuro empresarial de NASCAR
Como una de las figuras más astutas en el ámbito empresarial del deporte, la perspectiva de Keselowski tiene peso. Su doble papel como piloto y copropietario de un equipo le proporciona una visión única sobre los desafíos operativos y financieros que enfrenta NASCAR.
La combinación de la demanda de 23XI y la frágil situación de los OEM crea una compleja red de incertidumbre. Si no se manejan con cuidado, estos problemas podrían alterar fundamentalmente el panorama de NASCAR, potencialmente interrumpiendo sus tradiciones de larga data y el equilibrio competitivo.
Mirando hacia adelante: Un momento crítico para NASCAR
Con la demanda avanzando y sin señales inmediatas de nuevas entradas de OEM, NASCAR se encuentra en una encrucijada. El liderazgo del deporte necesitará abordar estos desafíos de frente para asegurar su estabilidad y crecimiento a largo plazo.
Los comentarios de Keselowski subrayan la urgencia de la situación. Si NASCAR puede navegar estas amenazas y salir más fuerte probablemente definirá su trayectoria en los próximos años.