En el mundo de alta velocidad de NASCAR, las fortunas pueden cambiar más rápido que una vuelta en Talladega. Para Chase Briscoe, el invierno de 2019 fue un momento decisivo. El joven piloto, ya una estrella en ascenso en la Serie Xfinity de NASCAR, enfrentaba la devastadora realidad de que su carrera podría terminar debido a la falta de patrocinio. Pero en una historia digna de Hollywood, un encuentro casual en Las Vegas con un fanático devoto reescribiría el destino de Briscoe y mantendría vivos sus sueños de carrera.
Una Carrera al Límite
La trayectoria de Briscoe había sido prometedora. Con 11 victorias en Xfinity, una victoria en la Serie Truck en 2017 en Homestead-Miami, y una carrera en la Serie Cup en auge que eventualmente lo vería convertirse en el ganador número 200 de la serie para 2022, Briscoe parecía tener un futuro brillante. Pero en 2019, su segundo año en la Serie Xfinity, su viaje encontró un obstáculo.
Después de una temporada que mostró su potencial pero que no cumplió con las expectativas, Briscoe anticipó que 2020 sería su año de despegue. En cambio, recibió una escalofriante llamada telefónica de Stewart-Haas Racing (SHR) en diciembre.
“SHR me llama y dice: ‘No sé cómo decirte esto, pero si no encuentras ningún tipo de financiación en la próxima semana… no vas a estar aquí el próximo año,’” reveló Briscoe en el podcast Dinner with Racers.
Sin patrocinio, la carrera de Briscoe estaba en soporte vital. El tiempo se estaba acabando y, sin pistas inmediatas, su sueño en NASCAR parecía casi terminado.
Un Giro del Destino en Las Vegas
A veces, la salvación viene de los lugares más inesperados. En este caso, comenzó con un encuentro fortuito fuera de un restaurante en Las Vegas. El padre de Briscoe, que llevaba un sombrero con el número del coche Xfinity de Chase, 98, salió de un restaurante y se cruzó con un hombre que acababa de salir de Buffalo Wild Wings.
El hombre, un aficionado de Stewart-Haas, entabló una conversación al reconocer el número en el sombrero. Después de que el padre de Briscoe se presentara, el aficionado expresó su admiración por el joven piloto y sus valores. Le entregó su tarjeta de presentación, diciendo: “Si alguna vez necesita ayuda en la sala de negocios o en la sala de juntas, aquí está mi tarjeta.”
Resulta que este no era un aficionado cualquiera; era el CEO de Highpoint.com, una empresa que se volvería fundamental para la supervivencia de Briscoe en NASCAR.
Un Salvavidas Inesperado
Cuando el padre de Briscoe relató la historia y le envió una foto de la tarjeta de presentación del CEO, Chase inmediatamente la reenvió a SHR. Con solo una semana para asegurar financiamiento, era una posibilidad remota, pero era mejor que nada.
Briscoe relató el momento de serendipia: “Literalmente, mi carrera ha terminado. Mi papá está saliendo de este restaurante y gira a la derecha. El CEO sale de Buffalo Wild Wings y gira a la izquierda.”
Pero justo cuando parecía que este golpe de suerte podría salvar el día, Briscoe insinuó que había un giro.
Un Giro Que Vale la Espera
Aunque Briscoe no reveló los detalles completos del “giro inesperado” durante su aparición en el podcast, lo que está claro es que la conexión con Highpoint.com se convirtió en la tabla de salvación que necesitaba desesperadamente. Highpoint se convertiría en patrocinador de los esfuerzos de Briscoe en Xfinity, permitiéndole permanecer con SHR y continuar compitiendo a un alto nivel.
Esa tabla de salvación resultó invaluable. Para 2020, Briscoe ganó un notable número de nueve carreras en la Serie Xfinity, consolidando su estatus como uno de los talentos más brillantes de NASCAR. No fue solo un regreso; fue una declaración de que su carrera estaba lejos de haber terminado.
Persiguiendo el Futuro
Mirando hacia atrás, el viaje de Briscoe sirve como un testimonio de perseverancia y el poder del destino. En un deporte donde los dólares de patrocinio a menudo superan el talento bruto, la historia de Briscoe es un recordatorio de que a veces solo se necesita un encuentro fortuito para cambiarlo todo.
Ahora, como un elemento básico en la Serie de Copas de NASCAR y un favorito de los aficionados, Briscoe continúa persiguiendo la victoria, impulsado por el apoyo de aquellos que creyeron en él durante su hora más oscura.