Durante décadas, Tony Stewart encarnó al chico malo definitivo de NASCAR: ardiente, sin filtros y implacable. Conocido como “Smoke” por su mal genio y su conducción temeraria, la carrera de Stewart estuvo marcada por confrontaciones, controversias y campeonatos. Desde altercados en la calle de pits hasta diatribas incendiarias en el micrófono, Stewart no solo corría coches—encendía rivalidades. Pero ahora, el campeón de la Serie de la Copa NASCAR en tres ocasiones está cambiando su imagen de rebelde por un papel más reflexivo: la paternidad.
En una entrevista sincera con Mighty Mack, Stewart reveló su perspectiva en evolución, compartiendo cómo el nacimiento de su hijo, Dominic James, ha remodelado sus prioridades y suavizado su carácter.
“Quería cambiar eso solo por mí antes de que Dominic llegara aquí,” dijo Stewart. “Ahora que mi hijo está aquí… las cosas que hacemos son las cosas que nuestros hijos nos verán hacer.”
Un Legado de Fuego y Furia
La trayectoria de Stewart en NASCAR es legendaria tanto por su brillantez como por su arrogancia. Los aficionados aún recuerdan sus explosivos altercados con Joey Logano en 2013, su dura crítica a los oficiales en Talladega en 2012, y sus ardientes enfrentamientos con Jeff Gordon y Matt Kenseth. Su enfoque de “no tomar prisioneros” lo convirtió en una figura polarizadora y consolidó su lugar en el folclore de NASCAR.
Pero incluso Stewart admite que sus acciones pasadas tienen un peso que nunca anticipó.
“He conocido a algunas personas en el último año o dos con las que había tenido encuentros en el pasado,” compartió. “Escuchar sus historias me hizo sentarme y pensar, ‘Hombre, odio haber hecho sentir a alguien así.’”
Paternidad: Una Nueva Carrera por Correr
El 17 de noviembre de 2024, la vida de Stewart cambió para siempre cuando su esposa, la piloto profesional de drag Leah Pruett, dio a luz a su hijo. Stewart estaba en Pomona, California, preparándose para las Finales de la NHRA cuando Pruett entró en trabajo de parto en Phoenix. En verdadera moda de Stewart, equilibró ambos mundos: voló para presenciar el nacimiento de Dominic antes de regresar horas más tarde para competir en la carrera.
“No me importa lo que pase. Gané a las 4:43 de esta mañana cuando Leah dio a luz a nuestro hijo,” declaró Stewart. “Ella es una mujer mucho más fuerte de lo que yo soy como hombre. Estoy orgulloso de ella y la amo mucho por lo que ha hecho.”
Pruett, quien ha dado un paso atrás temporalmente de las carreras para enfocarse en la maternidad, elogió a Stewart por asumir responsabilidades adicionales en Tony Stewart Racing (TSR), mostrando su dedicación no solo como padre, sino como líder de equipo.
El Arco de Redención de Smoke
La transformación de Stewart refleja el viaje de su amigo cercano y leyenda de NASCAR, Kevin Harvick. Harvick, una vez conocido por su temperamento explosivo, moderó su comportamiento después de considerar cómo su hijo podría ver sus acciones. Stewart admitió sentir lo mismo acerca de su propio legado.
“Hay cosas que ya están ahí afuera que no puedes borrar. No puedes recuperarlas, y no puedes cambiarlas. Es parte de la historia. Pero lo importante para mí como padre ahora es sentarme y explicarle a [Dominic] por qué eso no era lo correcto,” explicó Stewart.
Aunque el hombre de 53 años reconoce que aún está en proceso de mejora, está comprometido a liderar con el ejemplo.
“Se trata de controlar cómo actúo conmigo mismo. Aún me frustro y me enojo a veces. Pero ahora, se trata de no dejar que esos momentos me definan.”
Corrigiendo Hacia el Futuro
La evolución de Stewart no se trata solo de crecimiento personal, sino de redefinir su legado. A medida que abraza la paternidad, está aprendiendo que la verdadera fuerza proviene de la moderación, la empatía y la autoconciencia. Su viaje refleja una poderosa narrativa de redención, una que recuerda a fanáticos y compañeros por igual que incluso las figuras más duras de NASCAR pueden encontrar un nuevo propósito fuera de la pista.
Con la llegada de Dominic, el enfoque de Stewart ha cambiado. Si bien las carreras siguen siendo una pasión, su prioridad es clara: ser una fuerza presente y positiva en la vida de su hijo.
“Al igual que las carreras, es un maratón, no una carrera de velocidad,” dijo Stewart. “Quiero ser una buena persona y un buen padre. Esa es la carrera más importante que he corrido.”
Tony Stewart puede haber dejado atrás sus días de chico malo, pero su historia está lejos de haber terminado. A medida que navega por este próximo capítulo, una cosa es segura: el humo todavía se eleva—pero ahora, proviene del calor del corazón de un padre, no de la ira de un rival.